20/2/13

Fractura de tibia



La fractura de tibia es una lesión que se presenta frecuentemente en personas que han sufrido accidentes de tráfico o en deportistas que se han golpeado directamente la zona mientras hacían deporte, aunque en realidad las causas pueden ser variadas.

Síntomas y diagnóstico


En los casos de fractura de tibia, el cuadro clínico muchas veces resulta evidente, pues el paciente presenta mucho dolor, deformidad en la pierna e imposibilidad para apoyar la extremidad.

La fractura de tibia incompleta puede no resultar evidente a simple vista, pero generalmente se observa con facilidad en las radiografías.

Manejo


El manejo de este tipo de lesiones debe tener como principal objetivo la consolidación de la fractura en el menor tiempo posible, sin que queden deformidades y sin que la extremidad pierda su función.

Cuando se trata de una fractura abierta o expuesta, el principal objetivo es evitar que la lesión se infecte.

El médico debe realizar la reducción de la fractura de tibia (en caso de que haya desplazamiento), posicionando el hueso nuevamente en su lugar, para asegurar una solidificación adecuada. Luego, se inmoviliza la fractura con una férula.

En algunos casos, puede ser necesaria la intervención quirúrgica para la colocación de tornillos o placas metálicas para fijar el hueso en su sitio.

Si se trata de una fractura expuesta, antes de reducir y fijar la fractura se debe limpiar bien el área eliminando todos los elementos (arena, tierra, piedras, pasto) y lavando bien la zona con jabón quirúrgico. Es importante en estos casos aplicar la vacuna antitetánica y realizar un tratamiento antibiótico intravenoso.

Pronóstico


La mayoría de los casos de fractura de tibia se solidifican completamente después de algunas semanas, sin embargo, el tiempo que lleve la total recuperación del paciente depende de la gravedad de la lesión, su localización, si ha sido una fractura abierta o no, entre otros factores. El pronóstico es generalmente bueno en los casos de fractura de tibia aislada.